“… HOTCHA … WHOOPEE ...”
Chicago, una sociedad consumista, el poder de la prensa y la radio, los atractivos años veinte; el escenario perfecto para grandes escándalos y grandes historias, sobre todo está, llena de crítica, mofa, sarcasmo y ante todo mucho, pero mucho Jazz.
Luego de ser un musical bastante taquillero en Broadway, Chicago fue llevada al cine en 2002 por Rob Marshall (Memorias de una Geisha), y merecedora de 6 premios Oscar. Es de admirar la versatilidad del director al adaptar esos escenarios teatrales al cine. En lo personal, considero un clásico del género a este musical. Es una de esas películas que nadie debería dejar pasar por alto. Además de manejar un humor fino en el que se esconde una punzante crítica social, está colmada de grandes momentos.
La película cuenta la historia de Roxie Hart, quien mata a su amante tras frustrar sus sueños de tener un performance en algún club de la ciudad; y la de Velma Kelly, una reconocida cantante, quien tambien asesina a su marido y su propia hermana al encontrarlos juntos en un hotel. Las dos mujeres se encuentran por azar en la cárcel del condado Cook, dispuestas a todo para evitar la pena de muerte. Billy Flynn, un abogado sin escrúpulos, como todos los abogados –sin escrúpulos, claro-, será el encargado de liberar a las dos mujeres. Este es más o menos el plot de esta historia.
Recuerdo que cuando vi la película por primera vez, descargue todas las canciones y me las aprendí en cuestión de una hora. Para aquella semana, en mi casa no sabían que hacer conmigo y todo ese Jazz que me había inyectado en las venas. No dejaba de pensar en nada que no fuera ese maldito musical: en la Jones bailando encima de las mesas, en Renée Zellweger disparándole a su amante y cantando “Nowadays”, en zapatos de tacón alto y hebillas, trajes destellantes, flashes y saxofón, en humo y luces, barrotes de cárcel, en licor y lentejuelas, y todos los personajes de ese circo desfilando por mi cabeza. Fue tan terrible el rayón que me dejó esta película que me quedaron un par de contusiones de las caídas en la ducha.
Los invito a que la vean y se enamoren un poquito, como yo, de este género. El primer número musical de la película, para que se antojen, se llama “All That Jazz”, aquí lo tienen:
THAT'S ALL FOLKS...