CORTAR EN RODAJAS, JULIANAS O BASTONES.
La comida entra por los ojos… porque la forma lleva el sabor.
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"El amor de los jóvenes no está en el corazón, sino en los ojos"
William Shakespeare
La Organización Panamericana de Salud (OPS), define sexualidad de manera general, como: “una dimensión fundamental del hecho de ser un ser humano. Basada en el sexo, incluye al género, las identidades de sexo y género, la orientación sexual, el erotismo, la vinculación afectiva y el amor, y la reproducción”. (Negrilla mía)
Tenemos aquí otros tres conceptos que utilizaré a través del texto:
Género es “la suma de valores, actitudes, papeles, prácticas o características culturales basadas en el sexo. El género, tal como ha existido de manera histórica, transculturalmente y en las sociedades contemporáneas, refleja y perpetúa las relaciones particulares de poder entre el hombre y la mujer”
Las Identidades de sexo y género, entendámoslas como “el grado en que cada persona se identifica como masculina o femenina o alguna combinación de ambos. Es el marco de referencia interno, construido a través del tiempo, que permite a los individuos organizar un autoconcepto y a comportarse socialmente en relación a la percepción de su propio sexo y género”.
La orientación sexual es “la organización específica del erotismo y/o el vínculo emocional de un individuo en relación al género de la pareja involucrada en la actividad sexual”.
A partir de los dos conceptos principales de Orientación Sexual e Identidad de Género, aparecen las particularidades dentro de la sexualidad, las mismas que quiero cuestionar y que forman lo que comúnmente se denomina como Diversidad Sexual. Desde la Identidad de Género, la sexualidad es bastante compleja porque existen dos géneros dominantes: Hombre y Mujer (Los Macho y Hembra de los humanos).
Dentro de la Orientación Sexual encontramos mayores ramificaciones, principalmente: Los Homosexuales (Gays y Lesbianas), los Bisexuales y los Heterosexuales. Aparecen también otras orientaciones menos mencionadas como los Pansexuales, los Polisexuales y los Asexuales.
Entro a precisar brevemente cada una, haciendo uso de las definiciones utilizadas en la campaña ‘Nuestra Ciudad Convive con la Diversidad Sexual’ de la Alcaldía de Medellín, creada durante la dirección de Sergio Fajardo (Pansexuales y Asexuales no están dentro de la campaña. Negrilla mía):
Homosexual:
Gay: ‘Hombre que es Hombre y le gustan los Hombres’.
Lesbiana: ‘Mujer que es Mujer y le gustan las Mujeres’.
Bisexual: ‘Hombre o Mujer, que tienen muy claro que le gustan los Hombres y las Mujeres’.
Heterosexual: ‘Hombre o Mujer, que le atrae el Sexo Opuesto’.
Pansexuales y Polisexuales: Personas cuya orientación sexual no está dirigida hacia un determinado objeto sexual u amoroso, sino que pueden tener fijación hacia hombres, mujeres y personas con identidad sexual ambigua o diferente a la de su sexo original. El prefijo Pan se traduce del griego como Todo, y el prefijo Poli como Varios; aquí radica la diferencia entre el grupo Pansexual y el Polisexual, mientras los Pan dirigen su orientación sexual hacia el todo, los Poli lo delimitan a algunos objetos sexuales y/u afectivos.
Asexuales: Es la falta de orientación sexual, personas que generalmente no tienen un objeto sexual ni amoroso, no requieren de él.
Anteriormente mencioné la complejidad de la sexualidad dentro de la identidad de género, por la dominancia socio-cultural a través de la historia de las figuras de Hombre y Mujer. Quise resaltar en negrilla en las definiciones anteriores estas dos figuras, porque es importante aclarar que la orientación sexual –en la mayoría de los casos-, es independiente a la identidad de género. Un Homosexual se identifica con el sexo al que pertenece originalmente –repito, por lo general-, pero sabe que su afinidad erótica y afectiva es diferente a la dominante o común heterosexualidad. Pero la identidad de género tiene que ver más con el sujeto mismo que con el objeto amoroso y erótico.
Otro abanico se extiende dentro del concepto de Identidad Sexual, apareciendo particularidades como el grupo Transgénero o Trans: Travestis, transexuales, transformistas principalmente; aunque también se puede hablar de otras ramificaciones como los andróginos, el genderqueer o intergénero, los Drag Queen/King, entre otros.
Defino ahora los tres principales del grupo Trans:
Travesti: Persona que identificándose o no con su género original, asume la identidad del opuesto valiéndose de prendas y maneras.
Transexual: Persona que está disconforme con su género original y por ello modifica características sexuales.
Transformista: Persona que en ocasiones asume formas culturales pertenecientes al sexo opuesto (prendas, maquillaje, accesorios, etc.).
Puse en negrilla la palabra Persona, porque me parece importante, abrir un paréntesis: (hago un llamado al mundo por el respeto. Hablo de respeto y no de tolerancia, porque la tolerancia me rima con el aguante, y siempre he creído que nadie debe aguantar a nadie. Respeto, pido respeto, que los prejuicios sean colgados también en el PERCHERO; o mejor, póngalos al horno a máxima temperatura). Gracias y disculpe las molestias señor o señora lector o lectora, o entre otros.
Ahora, hay quienes afirman que la identidad de género y la orientación sexual son vivencias ligadas, quizá dependientes, algo que en muchos, me atrevo a aseverar que muchísimos o la mayoría de los casos, no se cumple. El antropólogo José Fernando Serrano, en su texto Entre Negación y Reconocimiento. Estudios sobre “Homosexualidad” en Colombia, afirma que la homosexualidad “se vive desde el rol de género”, explicando cómo en distintas regiones del país la homosexualidad masculina es comparada con las relaciones heterosexuales, tratando de definir bajo los mismos esquemas la una y la otra. Un error garrafal, pues son dos vivencias si no opuestas, por lo menos diferentes.
En el texto, Serrano dice: “el cacorro –hombre que penetra a otro- y el marica –el penetrado; los diferencia el que mientras el primero no pierde su condición masculina el segundo sí, pues la penetración lo feminiza y lo hace “el homosexual””. Luego explica como esta idea afecta incluso el interior de los grupos homosexuales, donde aparecen categorías como el activo y el pasivo. Insisto, es un error enorme tratar de leer los dos grupos –homosexual y heterosexual-, con los mismos esquemas. Mostraré otra cita de Serrano y luego expondré mi punto de vista a su afirmación de la vivencia homosexual desde el rol de género.
Basado en la ponencia de la feminista mexicana Marta Lamas, durante el VII congreso Colombiano de Sexología, Serrano asegura que “la homosexualidad, en sus diversas expresiones, se vive en estrecha relación con el rol de género y con toda la lógica que éste implica como categoría de construcción social. Si entendemos el género como la “representación cultural de la diferencia sexual””.
Aquí viene mi punto: Si la definición de Gay es: hombre que es hombre y le gustan los hombres, y dijéramos que la homosexualidad se vive de la mano con la identidad de género, y pusiéramos que un hombre es la parte femenina y el otro la masculina de la relación, no estaríamos hablando de una autentica relación homosexual, pues uno de los hombres no encajaría dentro del rol masculino, sino que seguiría siendo –en esencia-, una relación heterosexual –femenino+masculino-.
El hecho de que en la vivencia sexual de una pareja homosexual existan prácticas como la penetración –algo que depende de cada pareja y sus gustos, no es algo que practiquen todos los homosexuales-, no da pie para intentar encajar a alguno de los dos dentro de un rol. Si bien, anatómicamente la mujer es la penetrada y el hombre el macho que domina y penetra, no es justo decir que porque entre dos hombres se dé de manera similar, uno de los dos es menos ‘macho’ o pierde su condición de hombre. El paradigma de que dentro de una relación homosexual hay uno que cede su masculinidad y entra a jugar en el papel de ‘hembra’, debe ser abolido. Lo mismo aplica para las lesbianas. Insisto, no podemos seguir leyendo, con los mismos modelos, vivencias diferentes.
Apunto también, pero sin desviarme del tema, en lo absurdo de esa condición pasiva que recae sobre el género femenino. Y digo entonces que si leyera mi vivencia familiar con el esquema de Hombre-dominante y Mujer-dominada, lo que sucede en mi caso es aún más particular. Mamá vendría siendo mi padre y viceversa; ella maneja las cuentas, el dinero, toma las decisiones importantes –papá es un tanto miedoso para los cambios por lo que mamá siempre da el primer paso-, y la primera en opinar siempre es ella. Debo también decir que no es el único caso, y no por eso mi orientación sexual es diferente, ni porque tuve una infancia difícil, tampoco algún familiar me maltrató; muchos de mis amigos que se autodefinen como heterosexuales son ‘manejados’ por esas Hembras-dominantes del nuevo siglo; por lo que la monarquía masculina, el reinado de la testosterona debe quedar atrás y dar paso al tiempo del hombro a hombro.
Debo exponer también, como la identidad de género no está necesariamente ligada a la orientación sexual. Tomo entonces el ejemplo de un travesti y refresco la idea que lo define: Persona que identificándose o no con su género original, asume la identidad del opuesto valiéndose de prendas y maneras. Según la afirmación de que la homosexualidad está ligada a la identidad de género e invirtiendo la idea, tendríamos que decir que una persona que se identifica con el género opuesto a su original debe sentir atracción por personas del sexo opuesto al de su identidad. En palabras entendibles: Un hombre que se viste de mujer porque se identifica con ese género, debería sentirse atraído por los hombres; en conclusión, sería un hombre homosexual con prendas de mujer. Lo anterior es algo que no aplica para todos, lo que obliga a acabar también con el imaginario de que todo travesti es homosexual. Se me viene a la mente la película Todo Sobre Mi Madre de Pedro Almodovar. Sí, hay travestis heterosexuales, bisexuales, entre otras orientaciones; lo que demuestra que ni la identidad de género ni la orientación sexual están supeditadas una por la otra.
Muy completa exposición y desarrollo del tema.
ResponderEliminarVea que uno a estas horas todavía puede aprender cosas nuevas!!!
Esos téminos de Pansexual y Polisexual no los había escuchado nunca...
Aunque pensándolo bien, yo conozco por ahí uno que otro fulano que esa categorización le cae como anillo al dedo.
Saludos,
Esa mania que tenemos las personas de darle nombre a todo y especificar lo inespecificable, igual es el complejo de dioses que tenemos, o tal vez por eso somos dioses, pero en fin, muchas veces nos trae mas problemas que soluciones, me encantó el postre, aun falta bastante para que lo subas jeje tvb
ResponderEliminarAbordando nuevamente el tema de la diversidad, se puede ver como se da lugar para la diversidad dentro de la misma diversidad (valga la redundancia).
ResponderEliminarEs un trabajo realmente bueno.
Saludos.
Hasta el momento "El ensayo" me gusta mucho, el tono en el que lo abordas es bastante acertado, sin embargo creo que te desfazaste en la última parte de este post. Primero creo que malinterpretaste la intención de José que indudablemente es la misma tuya, el por qué, la sociedad, incluidas las personas con identidad de género y / o orientación sexual no heternomativa, somos incapaces de abandonar la dicotomía hombre- mujer y seguimos construyendo nuestras relaciones desde ese esquema heterosexista, y para ello el ejemplo de Serrano es acertadísimo. Por último es claro que la identidad de género no define la orientación sexual, ni visciversa, pero por supuesto que están ligados, ambos constituyen la identidad sexual de un sujeto, la construcción propia e individual del quién soy. Felicitaciones Julio, estas reflexiones además de acertadas son alentadoras, en el sentido de saber que cada vez son más las personas que reflexionan acerca de "la diversidad sexual"
ResponderEliminarMuchas gracias, Benjamín. Tienes razón, después que escribí el ensayo leí cosas de Serrano y releí el texto y creo que cometí un error al mal interpretarlo. Pero bueno, cualquiera puede equivocarse y meter las patas, espero poder escribir uno más completo despues. Un saludo, Julio C.
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