"Yo no sé hablar como todos, mis palabras suenan extrañas y vienen de lejos,

de donde no es, de los encuentros con nadie.

¿Qué artículos de consumo fabricar con mi melancolía a perpetuidad?"

Alejandra Pizarnik


jueves, 20 de agosto de 2009

Pluma, plomo… polvo.

En memoria de los hombres, de los sinónimos que han ido reproduciéndose, dejando papelitos para evitar el olvido perpetuo.

Pluma, plomo… polvo.

“La vida es un hueco, Dalila. Nacemos por un hueco, respiramos por dos huecos, vemos por dos huecos, oímos por dos huecos, comemos por un hueco y luego botamos lo que comemos por otro hueco, esta ciudad es un hueco lleno de huecos, el alma esta hueca, el sexo es otro hueco, o dos, qué más da, y nos morimos, Dalila, ¿Y dónde nos meten?...” Mala Noche – Jorge Franco.

Esta ciudad es un polvo, de los más baratos. Una puta asequible, un mal chiste.

Una ramera hecha de polvos, vuelta polvo. Eso sos y a eso estás condenada: con la humedad de tus pechos, de tu sexo, con el olor de tu pubis, con el sudor de tu rostro conseguirás tu pan, “hasta que vuelvas a confundirte con la tierra” de la que fuiste formada. “Con dolor parirás los hijos”, largas filas harás para matricularlos en escuela pública, “y estarás bajo la potestad o mando de tu marido; y él te dominará”. Mujer, “polvo eres, y a ser polvo retornaras”.

Polvo aquí, polvo allá, “el que no tiene untado el bolsillo tiene untada la nariz”[1], dijo un hombre y… plomo aquí, plomo allá; se esfumó, lo esfumaron. El responsable: Algún mago dedicado a “anularles el cerebro a los que de verdad actuaban como subversivos de ciudad”[2].

Polvo somos, polvo seremos, polvo lo que tenemos en los sesos. En el rincón de la memoria no hay sino pelusas, bolas de pelo, polvo compacto.

“Me van a matar. Mañana volvemos a Colombia y me toca enfrentar la realidad”[3]. Se apagan las luces, el aire se hace plomo, de entre la masa resalta la vara del mago. “La ciudad se desbarata, pero aquí no hablan sino de fútbol"[4]. ¡Gol!, grita el pueblo extasiado, y enterrado queda el muerto al otro día. Uno más para la lista.

Y así, poco a poco, los maguitos van reproduciéndose.

“Aparecieron unos hombres en las regiones que cometían una serie de tropelías y asesinatos y hábilmente desaparecían de la zona (…) Los campesinos caían asesinados (…) Y nuestros ríos históricos fueron testigos de los cadáveres arrojados”, demandó un hombre. “Aparecían fuerzas oscuras que reemplazaban al alcalde… los comandantes”, los magos, efectivamente, con su discurso de convivencia, con sus labores sanitarias de fregado social, trazando “el meridiano de la violencia”[5].

Abracadabra, las palabras mágicas: "Usted para nosotros es muy importante, pero también es un problema"[6], soplo aquí, polvo allá, lentejuelas, maromas, mucho brillo, abracadabra… Jesús y María te acompañen en este Valle de lágrimas. Ahora polvo es y pocos lo recuerdan.

Como se nos olvidan los muertos en este país. Pero es que Colombia, ¡Colombia, amigo mio!, Colombia es Fashion, pasión por el futbol, ¡Gol, gol, gol Caracol! Bang, bang, bang. Adelante presidente que los buenos si son más, todos llenitos de polvo, con la viruela del insomnio. Ya vendrá Melquíades a sanar la enfermedad, o lo eliminarán por ser peligro a la seguridad.

Dame un besito, putita, antes de ir a dormir, de pronto mañana deba partir.

Condenada al polvo, mujer, condenada a que antes de que Aureliano Babilonia lea los últimos versos del pergamino ya te hayas esfumado, “ciudad de los espejos (o los espejismos)”[7]. Condenada a repetir y sin segunda oportunidad en la tierra.

Mientras tanto, mientras tus últimos versos son escritos, seguirán apareciendo sinónimos a las palabras que otro van borrando, cercenando, empolvando. Plomo y sangre, pluma y tinta.

__________________________________
[1] Jaime Garzón.
[2] Frase de Carlos Castaño en el libro Mi Confesión.
[3] Luis Carlos Galán.
[4] Frase de Héctor Abad Gómez, consignada en el libro El Olvido que Seremos de Abad Faciolince.
[5] Fragmentos del discurso que Jesús María Valle presentó en la conmemoración del decimo aniversario de los homicidios de Héctor Abad Gómez y Leonardo Betancur.
[6] Presuntas palabras de los asesinos de Jesús María Valle, momentos antes de su asesinato.
[7] Frase de Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez.

8 comentarios:

  1. Pluma, Plomo, polvo...una acertadisima descripcion o sintetizacion de cada uno de esos grandes pensadores y que tambien hubiesen alcanzado a ser grandes lideres si los "magos" los hubiesen dejado.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Temblor en los huesos. No digo nada más...

    ResponderEliminar
  3. Terrible, éstos magos nos están tragando y seguimos embobados por sus actos de "ilusión"... es muy teso el escrito, pero deja un sentimiento amargo, tvb

    ResponderEliminar
  4. Tremendísisisisisisisisisimo...Jue**** ¿Cuándo haremos algo más que decir tremendísimo?

    ResponderEliminar
  5. y aún no termina la lista de los "Galanes" que tenemos que llorar....... Por que este país está lleno de magos y gente que todavía se deja desaparecer........

    ResponderEliminar
  6. Personalmente no creo que "se dejen desaparecer", en muchos casos, como el de Jesús María Valle, quien expuso su preocupación por las amenazas recibidas y responsabilizó al Estado de su integridad y de su vida; lo hizo públicamente. No fue atendido y ahora el Estado debe responder internacionalmente por esto.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  7. Pues hay que seguir haciendo un bello fuego nosotros para no apagarnos y hacernos polvo que se lleva el viento y olvida la memoria...Un saludo, compañero...Buenas vibras con estas hermosas y alertadoras letras.

    ResponderEliminar