"Yo no sé hablar como todos, mis palabras suenan extrañas y vienen de lejos,

de donde no es, de los encuentros con nadie.

¿Qué artículos de consumo fabricar con mi melancolía a perpetuidad?"

Alejandra Pizarnik


sábado, 18 de abril de 2009

¿De qué me sirve?

De qué me sirve un corazón

tan grande como un puño,

si al colibrí le basta uno minúsculo

para poder volar.

¿Será que el tamaño de ese musculo

es inversamente proporcional al de las alas?

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La fotografía fue tomada en Manizales, en un lugar llamado Chipre donde Neruda bautizó a esa ciudad como "La Maquina de Atardeceres", si no estoy mal. Sí, el de la foto soy yo, que se note el cabello enmarañado lleno de dudas. Creo que por eso se me onduló el pelo y quedó con forma de '¿?', por tanto preguntar.

4 comentarios:

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  2. Seguro así es... ángel caido.

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  4. No hay problema con el tamaño de las alas, recordá que la abeja vuela y es imposible que lo haga.

    Un saludo

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