Los atardeceres en Medellín siempre están incompletos. Las montañas a contraluz por el sol que se esconde son un pedazo que le han tajado al cielo. Como las hojas del periódico cuando se rasga un aparte, o el pedazo de papel que queda cuando se han robado una página del libro. Picos irregulares, un electrocardiograma de todos los corazones de la ciudad, la gráfica de los que suben a los barrios para bajarse unos cuantos. Así se ven las montañas, todas oscuras porque el cielo está más claro y acá abajo todo es penumbra, todo.
Tenemos un cielo, roto, pero al fin de cuentas cielo.
Al menos instiga a imaginar el otro retazo, a dibujarlo tal vez, o a escribirlo.
Los atardeceres en Medellín siempre están incompletos. Las montañas a contraluz por el sol que se esconde esbozan el cuerpo de una mujer que se dispone a dormir, pero no puede, se queda en vela. Reza tal vez acompañando a las madres que repasan camándulas a la salud de sus hijos. O es quizá una puta que se recuesta cansada por su faena. O una mujer que da a luz a plena sombra.
Pero tenemos un cielo, como sabana rota, pero es un consuelo.
Al menos incita a meter la mano entre los pliegues y buscarle un rincón en el cual esconderse.
Los atardeceres en Medellín siempre están incompletos. Las montañas a contraluz por el sol que se esconde se parecen a este escrito que queda pendiente. A falta de imaginación o tal vez por miedo a forzarla, dejo descansar las metáforas que me han pedido una tregua.
Tenemos un cielo, como bombilla que explota, pero alumbró un momento.
Al menos obliga a entregarse a la noche, que aguarda con sueños, poluciones, malos versos.
Tenemos un cielo, roto, pero al fin de cuentas cielo.
Al menos instiga a imaginar el otro retazo, a dibujarlo tal vez, o a escribirlo.
Los atardeceres en Medellín siempre están incompletos. Las montañas a contraluz por el sol que se esconde esbozan el cuerpo de una mujer que se dispone a dormir, pero no puede, se queda en vela. Reza tal vez acompañando a las madres que repasan camándulas a la salud de sus hijos. O es quizá una puta que se recuesta cansada por su faena. O una mujer que da a luz a plena sombra.
Pero tenemos un cielo, como sabana rota, pero es un consuelo.
Al menos incita a meter la mano entre los pliegues y buscarle un rincón en el cual esconderse.
Los atardeceres en Medellín siempre están incompletos. Las montañas a contraluz por el sol que se esconde se parecen a este escrito que queda pendiente. A falta de imaginación o tal vez por miedo a forzarla, dejo descansar las metáforas que me han pedido una tregua.
Tenemos un cielo, como bombilla que explota, pero alumbró un momento.
Al menos obliga a entregarse a la noche, que aguarda con sueños, poluciones, malos versos.
Y lo peor es que cuesta más ver esos atardeceres luego de haberlos visto completos... tvb
ResponderEliminarHermano que definición mas hermosa...
ResponderEliminarA mí en particular me encantan esos atardeceres que parecen un lamento, los que son nostalgicos...y los reconozco porque son unos tonos rojizos...son como rojo, naranja, violeta, y las nubes se colorean como pequeños copos de azucar...
que hermosa metáfora de Medellín... siempre lo había pensado, aunque tu lo has expresado maravillosamente,.
ResponderEliminarSaludos,
Tal vez queda pendiente la parte donde comentes acerca de los amaneceres de Medellín, tal vez las metaforas puedan llegar a ser diferentes...
ResponderEliminarSaludos
Vinimos dando una vuelta y encontramos tu blog. Decidimos otorgarte, tras un minucioso estudio, el prestigioso galardón al MEJOR BLOG DEL DÍA correspondiente al viernes 16 de octubre de 2009 en No sin mi cámara por los contenidos y matices. Visitanos y comenta con nosotros. Saludos cordiales.
ResponderEliminarVamos, que nos ha gustado mucho y hemos querido acercarnos a ti.
Puedes colgar el Premio voluntariamente en tu blog.
Ya formas parte de la Orden del Stultifer de Oro.
Y si tienes una escalera, o fotografías una, mándanosla a edusiete@gmail.com y la publicamos inventándonos una historia.
Es hermoso lo que escribes. Me dieron ganas de ver uno de esos incompletos atardeceres y recordar este escrito. Saludito!
ResponderEliminarGenial!
ResponderEliminarCon razón te dieron la mención. Te odio. =p
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