"Yo no sé hablar como todos, mis palabras suenan extrañas y vienen de lejos,

de donde no es, de los encuentros con nadie.

¿Qué artículos de consumo fabricar con mi melancolía a perpetuidad?"

Alejandra Pizarnik


viernes, 26 de diciembre de 2008

EL PRIMER DÍA DE MI MUERTE

“Porque el que vive más de una vida
debe morir más de una muerte" Oscar Wilde.



Un insecto susurrándome al oído, insoportable es el ruido del despertador que parpadea en la mesa de noche. Despierto. Abro los ojos. Estoy recostado en la cama, como de costumbre. El reloj marca con números de titular de prensa: 3:00 a.m.

La habitación a oscuras. La espalda resentida del sueño que pesa por horas. Me estiro un poco y mi rezo matutino: Costumbre, deberías habituarte a morir. Rutina suicídate, suicídate día tras día, hoy, mañana y tras pasado mañana, que en los meses venideros tu ausencia se note.

Los pies en el suelo, hoy no se siente tanto frio. Un cuchillo cae de entre las sabanas pero no reparo en este detalle. Salgo de casa fijándome apenas en mi apariencia. Camino con el afán de llegar a algún lugar. No recuerdo a donde voy, mi reloj de pulso muestra aun las 3:00 a.m. Pero no hay tiempo para detalles, aseguro que he de cambiarlo. Aun hace oscuridad, brumosa esta la calle. Aceras, postes, publicidad, gente, gente, gente. Tantos personajes y apenas se acaba la noche. La gente debe de estar abandonando su condición diurna.

El parque será un buen lugar para recibir el día. Me siento en una banca, hay un libro a mi lado, una mujer al otro diciéndome:

-Mira- señala a una pareja en la fuente del parque-, tanta felicidad en dos personas, en un sólo lugar, en tan pocas baldosas. ¿Cómo es posible?… Hay traición en sus ojos. Hace demasiado frio ¿no crees? Es extraño. Te quedas mirándolos y hasta te sonríes sin entender por qué, como si quisieras arrancarles un pedazo de alegría. Quizá ahora me acerque cuando se alejen y busque algún gozo en aquel lugar, debieron dejar un poco allí. Nunca se sabe cómo te llega la dicha, la encontraré tirada en algún sitio ¿O me vendrá sellada en membrete por correo? Nunca sabes cuándo te llega, o cuando se escapa.

En sus manos sostiene los retratos ensangrentados de hombres distintos. No presto suficiente atención, mi ánimo no está para pequeñeces.

La mujer me ha mirado con lastima, ahora se levanta y se marcha. Que patético, con lagrimas en los ojos me acerco donde antes estaban los novios pero no hay nada diferente en aquel sitio. Tres golpecitos al reloj en mi mano pero solo gira el segundero, todavía anuncia: 3:00 a.m.

La madrugada pesa en esta ciudad si no la acompañas con un café. Il Cantuccio huele a semillas secas, pido un café amargo pero apenas tiene sabor, como esta mañana. El lugar está sólo, pero afuera deambulan personajes extraños. Aún no amanece. El hombre que me atiende se acerca con palabras decididas a ser escuchadas:

-El deseo se me despierta a cada instante, de noche y de día. Es insoportable cuando se tiene tanta oscuridad aferrada al cuerpo, cuando la muerte se te trepa al cuello y no se decide a asestar su golpe. Es realmente tormentoso y triste. Es difícil pensar claro cuando se apresura esa mujer hacia ti, aun cuando hace años la tengo pegada a mis talones, soplándome la cara y jodiéndome las entrañas. Solamente espero que al fin propine su puñalada. ¿Que esperará pues la muerte? ¿Que pretende esa señora conmigo? Mientras a mi espalda se mueve excitada la vida, los muchachos, los libros que no leí, los guiones que no aprendí…

El café se ha puesto frio, el hombre se abalanza sobre mí y me abraza. Dos manchas se notan en su cuello. El vaso que cae de la mesa, como un presagio, pero no es día para reparar en aquellos pequeños melodramas.

El metro pasa por el centro de la avenida principal, es extraño, no hay autos en la calle. A la entrada del vagón número trece una mujer me invita a entrar. Tiene la piel amarilla, pienso que se asemeja al color de los ojos del gato que se cuela por el tejado de mi casa y me lleva ratones mutilados. Esta mujer algo raro tiene, una tristeza antigua y reprimida, se le desbordan las lágrimas al decir:

-Nadie lo sabe, sólo yo… Y ahora tu. El padre zapatero, tan allegado a la familia él. Promete el cielo verdadero, toma su escapulario, lo relame. Impávida quedo ante sus rezos, sus sollozos. Las gracias de dios que él repite mientras la cruz repasa todo mi cuerpo hasta llegar a mi cuello. Su aliento tibio en mi rostro, retozando como una bestia. Es la gracia de dios la que me congela, es la divinidad la que le permite acechar mi cuerpo virgen, violentarlo. Cuando obtiene lo suyo con un Padre Nuestro se redime, con un Ave María me exime de mi pecado, con la bendición compra mi silencio a cambio de sus amenazas de fuego eterno y miseria perpetua. Pero calla, que es un secreto.

Se ha hecho tarde, aun son las 3:00 a.m. en el reloj, pero sé que se ha hecho tarde. Abandono el tren, la mujer apenas susurra un adiós. Una niña que corre tras un balón, el camión que se acerca por la carretera, un grito silencioso, un chillido insoportable de llantas, los parpados se me cierran ante el terror. Al abrirlos hay risas, un jolgorio frente a mí. Vuelvo a casa, la mañana no está para cuestionamientos.

La extraña jornada no podía terminar de otra manera. Mi madre que llora en su cuarto, mi padre que la consuela. La puerta cerrada, mí llamado sin respuesta. Me acerco a mi habitación. No es un día cualquiera, me digo.

El cuchillo ensangrentado en el piso, el gato callejero que relame la sangre que se derrama de la sabana carmín sobre la que descanso yo. Un beso en la frente a mi cadáver, el gato que se acaricia contra él.

Todo es más claro ahora: El reloj que marca las dos de la madrugada, la caminata nocturna hacia la cocina, el cuchillo resbalando de su sitio hasta mi mano. Devuelta a la habitación, sobre mi lecho tibio el gato se desprende del techo y cae a mi lado. Los dientes filosos del metal que recortan mis venas, el calor del líquido vaciándome. El sopor de la muerte, el ronroneo felino en el oído remplazado después por un silbido insoportable de cigarra. Para cuando el reloj marque las tres estaré derramado sobre esta ciudad. Despertaré sin sobresaltarme al encontrar la monotonía olvidada del primer día de mi muerte repitiéndose, repitiéndose, repitiéndose... Una rutina suicida que de costumbre ha tomado la de matarme día tras día.


“Das ist absurd! Das ist absurd!”
-¡Es absurdo!... ¡Esto es absurdo!-
Últimas palabras de Sigmund Freud.

viernes, 19 de diciembre de 2008

DEO GRATIAS por la diversidad

"Donde se haya establecido que es vergonzoso
estar implicado en relaciones sexuales con hombres,
eso se debe a maldad por parte de los gobernantes,
y cobardía por parte de los gobernados"
Platón.

Dos figuras públicas captaron la atención de los militantes LGBT y quienes apoyan su lucha. El primero, el senador Víctor Velásquez del partido Colombia Viva en Unidad Cristiana provocó un revuelo por una serie de televisión argumentado que las temáticas homosexuales no debían ser tratadas en horario prime y presentó un proyecto de ley que “moderaría” el actuar de esta comunidad. El segundo, por sus conocidas posturas ultraconservadoras y su discutida llegada al puesto de Procurador General de la Nación, el señor Alejandro Ordóñez.

Me encargaré esta vez del honorable senador quien lanzó una afrenta contra el programa Aquí No Hay Quien Viva, el cual –a su parecer- presentaba personajes perjudiciales en el proceso de formación de los niños. “Las opciones sexuales se ofrecen al público, yo no creo que este tema se pueda ofrecer”, opina Velásquez y después añade que esta temática afecta el libre desarrollo de la personalidad de los jóvenes. Una idea algo contradictoria si se tiene en cuenta que el libre desarrollo consiste en una toma de decisiones autónoma frente a realidades propuestas. El senador pretende que los homosexuales sean escondidos y que los niños jamás sepan de su existencia, lo que para él traduciría en “valores” sociales hasta ahora olvidados. Pero son mentalidades como las de Velásquez las que castran el libre albedrío, no porque esas “conductas” no se muestren van a desaparecer.

La posición homofóbica del senador se evidencia en comentarios como: “La verdad es que si, tienen sentimientos, tienen emociones pero no significa que tengan el mismo comportamiento que yo tengo” o “¿Cuándo dos hombres proyectan vida? ¿Cuándo dos homosexuales reproducen la vida?”. Sería bueno senador que se paseara algún día por los parques de Medellín y admirara a las parejas de ancianos del mismo sexo sentados en las bancas alimentando a las palomas y dedujera de eso historias dignas de ser contadas. ¿Desde cuándo la existencia humana se reduce a la simple reproducción?, de ser así, dios debe estar muy aburrido allí arriba viendo a sus criaturas repetir la misma rutina siglo tras siglo.

La miopía e ignorancia de muchos de nuestros dirigentes puede hacer sentir vergüenza a todo un país, ¿Qué dirán en la ONU, donde avanza una lucha por la despenalización de la homosexualidad en varios países?, señores de las Naciones Unidas, pongan el ojo en Colombia que hay parlamentarios que nos quieren exigir hasta como vestirnos y cuando besar a nuestras parejas.

Hace ya varias décadas de aquella Revolución Sexual y aquel 17 de mayo del 90 que se relegó a la Homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Se hacen insoportables estos pensamientos retardados dignos del Medioevo y de fanáticos inquisidores. Debates tan innecesarios develan una antipatía profunda por la diferencia y un amor predicado –no sentido- por el otro.

El partido al que pertenece Víctor Velásquez, de notable filiación religiosa, ha sido seriamente cuestionado por los escándalos de otros miembros investigados por parapolítica.
Roguemos que dios juegue en el bando de la diversidad, porque el senador se calme y se digne a ver la serie; la que no ve por falta de tiempo y ocupaciones varias. Asimismo imploremos al nuevo Pro-Cura-dor que no le dé tanto madero a las minorías y que deje sus prejuicios de lado. A los señores del Polo que estuvieron a su favor, esperamos no hayan perdido su votico.

“Si la homosexualidad es una enfermedad, declarémonos todos maricas en el trabajo:
-Hola, no puedo trabajar hoy. Sigo siendo marica” Robin Tyler.
Amen

viernes, 12 de diciembre de 2008

De la Capucha al Anonimato Virtual

Tras la saturación del tema en los medios de comunicación se puso sobre la mesa un asunto que había salido del ruedo hace algún tiempo: La protesta académica y el movimiento estudiantil. Con informaciones poco puntuales y un escándalo suscitado por una cuestión que ha estado latente en las universidades de Colombia desde hace más de setenta años, los medios informaron acerca de la insurgencia en las instituciones educativas y la intimidación que originaban los estudiantes que recurrían al anonimato para expresar su opinión.

El despliegue mediático, cualquiera haya sido su objetivo, dejó un sabor a inconformismo entre los estudiantes, quienes reaccionaron contra la desinformación y la malinterpretación que se estaban reflejando. Diversas manifestaciones fueron organizadas y no tardó el debate en llegar al lugar de encuentro de las nuevas generaciones, el Facebook.

Estudiantes de distintas universidades, diferentes ideas y posiciones, se dieron a la tarea de continuar la polémica, con la facilidad que da la Internet para desplegar argumentos, pero con el mismo anonimato que emana la capucha. Desde grupos que apoyan las ideas de los encapuchados como La capucha no es terrorista y los que opinan que “el problema no son las capuchas… Es la apología al delito”; hasta el pronunciamiento libre de los estudiantes que no apoyan estas ideas, el caso de CCC Contra los cobardes capuchos.

Es que hacen falta cosas en este país: democracia, libre albedrio y derecho a la protesta; que como las buenas ideas, se queda en la teoría. El internet da la garantía de opinar sin ser físicamente recriminado. Sin ese contacto personal, sin esa intimidación que nos representa el otro, se hace más llevadero el ejercicio de la democracia. Por eso estos grupos develan lo que en las universidades poco se trata: la posición sobre los encapuchados, la insurgencia y la protesta estudiantil.

Los foros cibernéticos poco se parecen a los reales, pero irónicamente es posible encontrar más verdades. La dinámica de la democracia radica en el debate, en la confrontación de ideas y estos lugares virtuales lo permiten. “Creo que a punta de papasos y otros métodos de lucha hacen que no pueda oírse nunca lo que argumentan. Por aferrarse a un método de lucha que se ha comprobado inútil y perjudicial, sus ideales están siendo satanizados”, opina una integrante del grupo Capuchos Universidades Públicas Colombianas, al cuestionamiento sobre su posición sobre los encapuchados; a lo que otro participante del foro responde, “Mira mujer, no creo que ninguna persona ame la violencia o le encante estar arriesgándose y chupando gas, lo que pasa es que cuando un estado o gobierno como el que tenemos ahora es tan cerrado en su pensamiento y cree tener la razón en todo, sabiendo que este estado controla los medios de comunicación privados y que a los independientes nadie en este país los ve o lee, una de las pocas formas de hacerse sentir es por medio de estos actos”.

Sin el temor a ser rechazados o reprendidos, los estudiantes ejercen su derecho a opinar, lo que evidencia la falta de comunicación que existe en las Alma Máter y la necesidad de una unidad plural en el movimiento estudiantil que valide este ejercicio no solo en el ciberespacio, también en los planteles educativos. “Creo que el fin de estos movimientos se ha empezado a desviar, además últimamente se ha demostrado (al menos en mi universidad) que la voz de los estudiantes que creemos en otros métodos de protesta ha sido callada, por así decirlo, pues se han hecho actos que atentan contra la integridad del estudiantado, con razones no muy claras” expone un personaje en otro de estos foros. Y es que aunque se protesta porque se haya dicho que las capuchas deberían ser exiliadas de las universidades, también se debe reclamar el derecho a la diversidad de pensamiento, de expresar sin miedo –y sin camuflajes- los propios enfoques, no se puede cometer el error de las grandes esferas, el de acallar las voces de las minorías y de los disidentes.

Una observación que a resaltar es la tendencia de estos grupos a discrepar con estos enmascarados y con sus ideas. Al buscar las palabras Capuchos o Encapuchados, se encuentra una cantidad de estas organizaciones, en su mayoría fastidiadas por la figura de estos personajes y apenas una minoría que apoya sus causas y les agradece su presencia en las universidades.

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Este artículo hace parte de un trabajo periodístico colectivo requerido para la clase de Periodismo Político en U de A, sobre la insurgencia en la universidad pública.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Tele-vicio Placebo

"Creo que la televisión es muy educativa.
Cuando alguien la enciende me voy a leer un libro"
Groucho Marx


¿Qué sería del hombre sin el control? Pero no ese que se ejerce sobre otros sino el que verdaderamente te hace sentir poderoso. Un botón y tienes el mundo a tus pies, dispuesto a cambiar ante tus inestables estados de ánimo. Ese control que sentimos nuestro, aunque pertenezca a los expendedores de imágenes al otro lado de la pantalla, esos que están allí con más botones aun, con cámaras y lucecitas deslumbrantes. Son ellos, los que estiran la realidad y la mano para entregarte el placebo y saciar tus ansias de matar la cotidianidad, los verdaderos dueños del control y de la conciencia.

El control sobre la mente colectiva, sobre la tele, ese deslumbrante invento que comenzó con el planteamiento sobre la fotoelectricidad y ahora es una cajita llena de gasecitos mágicos. “El hombre, con cierta razón, le teme a la oscuridad, al silencio y a la soledad […] La televisión, creo, debe su éxito a que nos libera de una sola vez tanto de la oscuridad, como del silencio, como de la soledad” [1], el éxito de la televisión radica en el sedentarismo mental de los consumidores, quienes encuentran en ella una compañía inerte y casi manejable, y sobre todo, de menos cuidado que una mascota. Héctor Abad Faciolince la compara exactamente con un canario, expresando que “a un canario se le puede pedir que sea amarillo, que cante y que se mueva, pero a nadie se le ocurre exigirle que sea inteligente” [1].

No se ha dicho que los buenos inventos sean útiles, o que suplan una necesidad. Si practicamos por cinco minutos el deporte de los tiempos contemporáneos -zapping-, fácilmente deducimos que no hay muchos nutrientes en la bandeja de programación que dispone la agenda televisiva; por lo que es mejor tomar un buen libro y sentarse a leer, lo que para muchos supone una actividad ardua, si se tiene en cuenta que para ver tele no hay que digerir demasiado.

Desde un comercial, pasando por los lánguidos noticieros y llegando a los remojados melodramas, encontramos un libro sin letras, una caja resonante y emitente de realidades relatadas, sesgadas.


Televicio Placebo: La telenovela.

En una sociedad exagerada, de matices tan variantes, el espectáculo no tiene sentido porque todo es ya particular; así que toca inventarse la magia. Es así como nace, entonces, la telenovela, el género televisivo latinoamericano por excelencia.

Jesús M. Barbero y Germán Rey, opinan que la telenovela es el lugar donde se hace posible representar, mínimamente, la historia que no presentan los noticieros, “mientras los noticieros se llenan de fantasías tecnológicas, y se espectacularizan a sí mismos, es en las telenovelas y dramatizados donde el país se relata y se deja ver” [2]. Opinan además, que el avance en este género televisivo es visible en la mutación que sufrió desde los setentas hasta los noventa. De los dramatizados semanales como El cuento del domingo, donde la experimentación estética y narrativa es notable debido a la dirección por parte de personajes dedicados al teatro, se pasa a las producciones diarias, el caso de Café donde se comienza a definir un lenguaje particular de la televisión, distinto al cine y al teatro. Estos dos académicos consideran que la telenovela no es tan mala como muchos creen, por el contrario, es el espejo de la sociedad, es el género necesario para crear identidades y pulirlas al tiempo; la telenovela como medio de expresión popular.

Por otro lado, personajes como Claudia Ruiz Arriola y Héctor Abad Faciolince, consideran la televisión, hablando específicamente de la telenovela, como una aversión cultural, un sedante cerebral. Abad apunta a que nuestra modorra mental se ha alimentado de pésimas telenovelas, convirtiéndose en un mal casi necesario. A los cultos los banaliza la tele, mientras a la masa al menos les suple sus carencias académicas. De fondo, en la gloria de estos programas, se esconden varias cosas. Podríamos decir que son el reflejo de realidades que los noticieros no abarcan, o no se atreven a hacerlo; también podríamos suponer que es la manera en que los medios crean imaginarios para homogeneizar la identidad nacional, un tipo de control de algún modo útil para intereses particulares.

En el escrito La telenovela o el bienestar en la incultura, Abad supone el triunfo de la telenovela como el triunfo de los ideales burgueses, “El triunfo de las expectativas, la moral y las perspectivas vitales de la pequeña burguesía”. Lo anterior lo explica con un ejemplo puntual: En la Rusia pre Gorbachov, las amas de casa veían atentamente las importadas telenovelas latinoamericanas, lo que para Abad significaba la victoria de un cambio de mentalidad. El éxito de estas producciones era muestra de que los sueños burgueses seguían vigentes a pesar de los sometimientos marxistas. La identificación de las rusas con estos cuenticos criollos recae en que la pequeña burguesía es una clase idéntica en todas partes, la telenovela es entonces una “epopeyita pequeñoburguesita”, define Abad Faciolince.

Pero, ¿Cuál es la causa del éxito en estos programas, si son todas iguales? Umberto Eco explica que el televidente encuentra dinamismo en ver que lo que él había previsto se cumple, esto se debe no necesariamente a una mente astuta, sino a los imaginarios ya desarrollados por historias anteriores, por la repetición en la estructura y las acciones en estas narraciones.

Así es como la historia nacional se ha llenado de relatos inventados y de estereotipos malogrados, nuestros héroes nunca serán reales, nunca lo fueron, tenemos la condición de las sociedades pequeñas, la exageración. Pasamos de aquellos híper exaltados personajes de la independencia, los mismos de la patria boba, a los que cada noche vemos triunfar, sin castigo, gracias a sus polvos ilícitos; y ni hablar de las teorías que noche a noche aprendemos: sin tetas no hay paraíso; el que reza y mata, empata; la plata es un aceite que cualquier tornillo afloja…



Medios de Des-Información

El papel del periodismo no ha sido uno distinto que inspeccionar, fiscalizar los estamentos públicos. Por algo se le ha denominado muchas veces como el cuarto poder de un estado. El periodismo debe velar por mostrar a los nacionales los movimientos políticos y la corrupción.

Es rebatible el decir que la corrupción es un tema de hoy, como lo expresan Jesús M. Barbero y Germán Rey, pues es una temática tratada a lo largo de la historia del periodismo, cualquiera que sea su presentación (Prensa, Radio o Televisión). En el libro Los ejercicios del ver se expresa: “Si en el pasado su fortaleza estaba en cuidar a cualquier precio su privacidad ahora lo está en acomodarse con cinismo a la visibilidad”. La corrupción siempre ha estado allí en la agenda mediática, sólo que se vale de los mecanismos de estos para lograr sus fines. Basta con revisar los periódicos de 1928 para encontrar la anémica información sobre la Masacre de las Bananeras. Ni que decir de los tantos sesgos que se le han hecho a los medios por parte de políticos corruptos, actores paraestatales, amenazas subversivas e intereses de lo privado.

La televisión informativa ha sufrido grandes cambios. Si comparamos un noticiero de la década de los ochenta con uno de la actualidad, es evidente, obviamente la tecnificación, y más aun el manejo parcial de la información. En décadas pasadas la televisión informaba mas cuidadosamente de los hechos, sin valerse del lenguaje televisivo para editarlos. Ahora encontramos un panorama muy diferente, los medios han apelado a sus intereses privados, lo que convierte a la noticia en un bien particular que imposibilita el acceso a una información amplia y poco contaminados.

Puntualizo al ilustrar con el caso de la senadora Piedad Córdoba y el tratamiento que se le da en los medios, especialmente en RCN. Alguna vez esta senadora denuncio el atropello mediático que se le había dado a ella por su postura antiuribista y planteamientos con visos socialistas. En cierta ocasión la senadora pronunció unas palabras que rezaban algo como que ella estaba de acuerdo con el proyecto expansionista de la solidaridad, el amor y los derechos; a lo que el medio editó dejando las palabras a medias, dando a entender que la senadora estaba de acuerdo con el proyecto expansionista que promulga el presidente Chávez en Venezuela. Lo anterior es prueba del trato a la información y la conveniencia que tiene para intereses particulares. Luego del incidente la senadora respondería con diatribas hacia el canal y al grupo Ardila Lülle.

Como este hay otros ejemplos claros, como los ya enunciados en el texto de Rey y Barbero: El proceso 8000 y la confrontación en Las Delicias. Ellos apuntan también a que “La visibilidad que ofrecen medios como la televisión es casi siempre paradójica: no responde a un ideal de total transparencia sino que es el resultado más o menos ambiguo de la intersección entre información y desinformación, verdad y artificio, montajes ritualizados y espontaneidad”. La guerra narrada como un gran relato, pues así no pierde actualidad, el relato no se agota, mientras la noticia se desecha cuando deja de ser nueva. Una sociedad hecha relato se convierte en un gran melodrama, la telenovela latinoamericana.

¿Y si armamos una guerra? Una guerra mediática. Seria genial hablar de “La Revolución de los Botones”, todos al tiempo tecleando directo a la caja, pidiendo por más anestesia. Así los del otro lado perderían la cordura -y el control-, ya no nos divertirían mas, seriamos animales hambrientos de propaganda y nueva tv, y ellos ciervos indefensos corriendo por refugio.

Sin embargo la vida sigue igual, es incomodo entenderla en negativo. Por esto, por esa condición de seres conformes ¡Nada Haremos! Todo seguirá igual, nosotros con nuestros botones y ellos con el control…
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[1] Héctor Abad Faciolince: La Telenovela o el Bienestar en la Incultura. Revista Número 9 (1996), 63 - 68.

[2] Jesús Martín-Barbero, Germán Rey: Los Ejercicios del Ver (2000), Capitulos 4 - 6.

martes, 11 de noviembre de 2008

Definitivamente: ¡AQUÍ NO HAY QUIEN VIVA!

En la era del zapping es difícil no entrar en la moda de aquel deporte de ejercitar el pulgar mientras se desbordan por la pantalla una cantidad de imágenes, cada una más parecida a la anterior. Es lamentable la falta de ingenio de los productores y la costumbre de recurrir al "copiado" –o remake, como lo prefieran- de series de otros países. Éste es el caso de la tan exitosa serie Aquí No Hay Quien Viva de RCN.

Pero a lo que voy no es exactamente a la crítica de esta nueva tendencia en la televisión, quiero referirme a algo aún más preocupante: En pleno siglo XXI, seguimos en una época de inquisición, criticando actitudes y estilos de vida que deberían haber dejado de ser tema de escándalo hace ya mucho tiempo.

Es sorprendente encontrar que todavía hay quienes se toman el espacio y el tiempo para escribir diatribas contra un programa de televisión por mostrar personajes diferentes en su forma de actuar. No soy un seguidor de la serie –prefiero la versión original-, pero observé atónito La Defensoría del Televidente de RCN, donde reciben quejas y sugerencias sobre la programación del canal. La mayoría de los espectadores entrevistados –por no decir todos- se referían tímidamente, casi sin pronunciarlo, a una temática que les molestaba –quizá la única-, La Homosexualidad.

Excusándose en la educación de los niños y en el horario prime en el que se presenta la serie, escondían una notable aversión al tema. Muchos fueron los que dijeron que los infantes no deberían saber "esas cosas" a una edad tan temprana, otros añadían el factor de los desnudos y el trauma que podría causar en los chicos.

Personalmente no estoy de acuerdo con la forma jocosa, y a veces ridícula, como se muestran los personajes homosexuales en la televisión colombiana, pero por lo menos se le está dando cierto protagonismo a una comunidad que había estado relegada al silencio. No se debe ocultar una realidad, en Colombia hace falta educar y parecería que se debe empezar por los padres. A veces los hijos parecen más sensatos, incluso ven con cariño a aquellos personajes que para ellos ya empiezan a ser comunes.

Siempre he pensado que el papel de la televisión es uno muy diferente al de educar, su fin principal es entretener. Claro que lo anterior podría prestarse de excusa para malas interpretaciones, pero debemos ser consientes de que se trata de un negocio y lo que vale es unos puntos de más en el rating. No estoy hablando de una tv libertina y netamente comercial, sino de entender que la educación de los hijos debe ser dirigida por los padres, y es a ellos a quienes les corresponde abrirse al mundo y no vender una imagen ilusoria, sublimada de un país desangrado.

Me pregunto si hay esa avalancha de quejas cuando los hijos ven programas donde se les "enseña" a no ser sapos porque podrían terminar mal y donde los "héroes" son aquellos modelos obesos repletos de dinero y polvos ilícitos; ¿Qué tanto han aprendido las niñas de la teoría de que sin tetas no hay paraíso?, y ni hablar de las tantas novelas criollas donde la venganza es factor fundamental en su desarrollo.

Estoy de acuerdo en que se debe reevaluar la calidad de la programación en la televisión, pero lo que nos incumbe ahora es renovar el pensamiento desvencijado que tiene Colombia, no podemos quedarnos en el siglo pasado, no podremos hablar de una paz sin respeto por el otro.
Recuerde que usted es el otro del otro, no se fije en esa maraña de condiciones que nos ponemos encima tantas veces. Si su color de piel es diferente, si le sobran o le faltan kilos, si tiene un lunar de más o una uña de menos, si le gusta el jamón o la mortadela, el hombre o la mujer, el cerdo, el pollo o la res, si su dios es Alá o el mismísimo Satán; eso es sólo cuestión de gusto, personalidad y diversidad.

sábado, 8 de noviembre de 2008

La Nena


Huevos, café y galletas, quizá cereal y leche, esto sería algo común si no fueras una criatura de la noche. La Nena lo era, por eso al despertar ya el sol había dejado su rastro a lo lejos y comenzaban a desfilar los seres noctámbulos.

La Nena despierta cuando la luna lo hace, va a uno de esos bares sin probar bocado alguno. Tres copas de vodka vivo y está lista para su jornada. El estomago ya no le ruge, ni le arde cuando el alcohol inunda sus entrañas. Es el momento que más disfruta la Nena, su desayuno. En todo el día, o más bien la noche, se la pasa en ayunas, sobreviviendo de azucares fermentados y rodajitas de naranja.

La Nena y su larga faena nocturna, lo que se hace en la noche lo derrocha también allí. Aquí no hay programas radiales, ni TV censurada, no hay tiempo para comer, si acaso para respirar. La noche se alimenta de griticos y sudores, de alientos y tristezas, de ácidos, polvos. En un lugar donde reina la soledad no hay tiempo para la vida detrás de la vida, para esos pequeños detalles.
La Nena vuelve a casa con su estomago –si aun lo tiene- vacio, como su alma. El sueño será lo más nutritivo que tenga.

¿Con que soñará la Nena? ¿Con ciudades de chocolate y café? ¿Construcciones de pan y mortadela? ¿Con coches de mermelada y galletas? ¿O con el amor, ese insolente que nunca le llega?
*************

Otro feto abortado a la carrera en clase de Composición Española... Este esta un poco más decente... La Nena, pobre mujer, la tristeza que le monte encima... Una mezcla de Franco, Chaparro y Subiela... bueno y claro, de mis ansias de una copita de vodka...
*La mujer de la imagen es Sandra Ballesteros en la pelicula EL LADO OSCURO DEL CORAZÓN.

jueves, 23 de octubre de 2008

CHICAGO… Y todo ese JAZZ!

“… HOTCHA … WHOOPEE ...”

Chicago, una sociedad consumista, el poder de la prensa y la radio, los atractivos años veinte; el escenario perfecto para grandes escándalos y grandes historias, sobre todo está, llena de crítica, mofa, sarcasmo y ante todo mucho, pero mucho Jazz.

Luego de ser un musical bastante taquillero en Broadway, Chicago fue llevada al cine en 2002 por Rob Marshall (Memorias de una Geisha), y merecedora de 6 premios Oscar. Es de admirar la versatilidad del director al adaptar esos escenarios teatrales al cine. En lo personal, considero un clásico del género a este musical. Es una de esas películas que nadie debería dejar pasar por alto. Además de manejar un humor fino en el que se esconde una punzante crítica social, está colmada de grandes momentos.

La película cuenta la historia de Roxie Hart, quien mata a su amante tras frustrar sus sueños de tener un performance en algún club de la ciudad; y la de Velma Kelly, una reconocida cantante, quien tambien asesina a su marido y su propia hermana al encontrarlos juntos en un hotel. Las dos mujeres se encuentran por azar en la cárcel del condado Cook, dispuestas a todo para evitar la pena de muerte. Billy Flynn, un abogado sin escrúpulos, como todos los abogados –sin escrúpulos, claro-, será el encargado de liberar a las dos mujeres. Este es más o menos el plot de esta historia.

Recuerdo que cuando vi la película por primera vez, descargue todas las canciones y me las aprendí en cuestión de una hora. Para aquella semana, en mi casa no sabían que hacer conmigo y todo ese Jazz que me había inyectado en las venas. No dejaba de pensar en nada que no fuera ese maldito musical: en la Jones bailando encima de las mesas, en Renée Zellweger disparándole a su amante y cantando “Nowadays”, en zapatos de tacón alto y hebillas, trajes destellantes, flashes y saxofón, en humo y luces, barrotes de cárcel, en licor y lentejuelas, y todos los personajes de ese circo desfilando por mi cabeza. Fue tan terrible el rayón que me dejó esta película que me quedaron un par de contusiones de las caídas en la ducha.

Los invito a que la vean y se enamoren un poquito, como yo, de este género. El primer número musical de la película, para que se antojen, se llama “All That Jazz”, aquí lo tienen:


THAT'S ALL FOLKS...

sábado, 18 de octubre de 2008

There’s always someone to catch you… En los MUSICALES

De obsesiones creo que no discutiré, todos las tenemos, pero expondré una de mis más grandes, una que ha ido naciendo gradualmente y que en ocasiones llega a ser –no para mí, para otros-, bastante molesta.

Los que han compartido conmigo interminables horas de dialogo infecundo y me han conocido al momento de ver un musical sabrán de que les hablo. Podría pasarme días con las melodías de estos films, cantar en el baño, tararear en la parada de buses, incluso responder con ellos a las cuestiones cotidianas. Imagínenme estar tranquilo, allí, estático mientras el mundo se derrumba, de repente en mi mente aparece Liza Minnelli en CABARET y el planeta entero se detiene, no puedo hacer más que mover mi trasero y cantar “Money makes the world go around , the world go around, the world go around…”. Es exagerado y patético, lo sé, pero también lo son los musicales y a quien le importa; a veces la exaltación de los sentimientos me resulta bastante bella.

La cuestión es que es un género que me apasiona, y me entristece saber que ha caído duramente en el olvido. Apenas si se ven musicales en estos días, es como si a la gente no le cupiera tanta fantasía en la cabeza, como si la belleza les estorbara y los sentimientos saturados les pesaran en el cuerpo.
Poco a poco publicaré entradas con una reseña sobre mis favoritos. Espero que les divierta tanto como a mí y que se atrevan a explorar este género al que muchos le han dado una bofetada, supongo que con la excusa Freudiana de “Cualquiera que despierto se comportase como lo hiciera en sueños sería tomado por loco”.

Les pido que, si desean hacerlo, me recomienden otros. Es una pasión que está reducida a unos cuantos films, así que sería bueno que colaboraran con la causa de meterle mas números a esta grabadora humana.

¡Ah! y sueñen un poquito.
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Nota: El titulo es una canción del drama musical DANCER IN THE DARK del director danés Lars von Trier, se llama “In The Musicals”, interpretada por la cantante islandesa Björk, quien protagoniza la película.

martes, 14 de octubre de 2008

JANIS, Oh Janis!

I got your fucking kosmic blues all the time, babe!

He de confesar mi notable afecto por los tiempos pasados, tengo condición de hombre nostálgico, un tanto melancólico. Suelo añorar, evoco sucesos que no he vivido por mí mismo, por lo menos no hasta donde se me es permitido saberlo. El pasado suele pensarse como un tiempo congelado, aparentemente inflexible; esto es aplicable a los malos “evocadores”, pero es posible hacer del pasado algo aún más sorprendente que el maleable futuro. El secreto está en las herramientas que tenemos para recordar (incluso lo no vivido), en saber utilizarlas para editarlo un poco, adornarlo y sublimarlo.

Entre mi eterno escudriñar en ese tiempo me he encontrado con cosas realmente interesantes, sucesos que me gustaría haber vivido físicamente. La cuestión es que a veces lo vivido no se nos hace tan merecedor del recuerdo como lo que ya ha muerto para nosotros dadas las circunstancias y la voracidad del mundo que corre linealmente hacia quien sabe qué lugar. En ese hurgar en el antaño me di un golpe severo, o más bien, me lo dio ella, a quien hoy quiero recordar.

La vi y tenía esa soledad que solo los buenos artistas suelen poseer. Me contó de entre su canto de sus dolores antiguos. Su voz desgarrada me recordó lo terriblemente hermosa que podría ser una lagrima tras el orgasmo de una tonada convulsionada en el éxtasis de la tristeza. Ahora que rememoro no la vi, pero mejor aún, la sentí; y fue tan duro el golpe que me propinó que no hice más que imaginar su historia. Se dice que era una mujer verdaderamente deslumbrante, ruidosa; pero yo se que tras el alboroto de las mascaras se esconde el silencio de la desolación, por eso Janis, hoy te recuerdo, para arrancarte un poco de esa soledad, abstraerte del pasado para que no mueras jamás.

Te decías feliz cuando no lo eras, no del todo; te sentías deslucida cuando eras malditamente hermosa; te escuchabas opaca cuando de tu voz brotaba sólo icor; te pensabas ignorante cuando naciste sabia y la vida pulió tu conciencia. Mujer, despierta y levanta tu voz, mátame con el arma que llevas en la garganta y cuando muera, con una sonrisa y una lagrima, arrúllame con un blues cósmico de esos que solo tú sabes sentir, sabes vivir.

Esta mujer vivió lo que le tocó, que fue mucho para su corta edad. Una aguja y el acido que quemaba sus venas la adormeció, pero no así al furor de su voz. De su canto aun se siente el peso de su existencia, la carga de sus penas amorosas y el aparente escándalo de una época liberada. Muy al pesar de los que piensan que Janis Joplin es un icono de los 60’s, yo digo que era una criatura anacrónica, una mujer avanzada para esa generación estremecida. Mi Janis, mi “Little Girl Blue”, hoy estarás en quien sabe que loco rincón del cosmos, conmoviendo a otros seres en otras estancias, pero al menos, sólo por una noche, la noche que muera, quiero que me acompañes y me susurres al oído “Summertime” y “Kosmic Blues”.
Summertime - Janis Joplin

lunes, 29 de septiembre de 2008

AMERICAN BEAUTY...look closer

“Supongo que podría estar bastante enfadado por lo que me paso, pero es difícil estar enfadado, cuando hay tanta belleza en el mundo. A veces siento como si la viera toda a la vez y es demasiado. Mi corazón se llena como un globo que está a punto de estallar... Y entonces recuerdo que tengo que relajarme y no intentar aferrarme a ella, y entonces fluye a través de mí como la lluvia y no puedo dejar de sentir gratitud por cada simple momento de mi estúpida y pequeña vida... No tienes idea de lo que estoy hablando. Pero no te preocupes... algún día la tendrás”

American Beauty, quizá sea uno de los films más hermosos que jamás haya visto. Desde hace un tiempo se viene criticando el cine que nace en Hollywood y para nadie es un secreto la falta de creatividad que ha rondado aquel lugar en los últimos años. Pero no quiere decir que todo sea malo, pobre de aquellos que no encuentran en lo común lo verdaderamente bello y eso es American Beauty.
Algo tan simple como mirar al cielo y ver las nubes pasar, las arrugas en las manos de tu abuela, cuando una lagrima se desprende de un ojo triste o descubrir la sonrisa de alguien que te mira. Porque bello no es solo aquel colorido y esas curvas simétricas y los ojos azules de repetidos modelos en pasarelas brillantes; porque la belleza golpea cuando se mira, porque no basta verla sino observarla, sentirla en cada molécula y descubrirla a cada paso; cada instante es único y eres un espectador afortunado, nadie mira a través del mismo cristal.
Desde el titulo se anuncia la cantidad de significaciones que aguarda la película, la American Beauty es una especie de rosa hibrida, lograda a partir de modificaciones genéticas para obtener una flor perfecta –en apariencia-. Así, aparece una crítica para una sociedad postiza, de sonrisas rígidas, pieles de botox y frigidez afectiva; una sociedad de bellezas artificiales. Pero no todo está perdió, hay quienes encuentran algo más allá, lejos de la complejidad del razonamiento. Ya lo sabía Oscar Wilde cuando decía “La belleza, la verdadera belleza acaba donde empieza una expresión inteligente”.
Cuando vi la cinta por primera vez me sentí un poco como Lester Burnham (Kevin Spacey), desgraciado al despertar de ese “coma” en el que se encontraba; luego me identifique con Ricky (Wes Bentley) al darme cuenta de toda esa vida que hay detrás de las cosas; y al final no pude sino sentir esa gratitud de la que habla la película, por cada pequeño instante, cada pedazo de belleza que esconde nuestras insignificantes vidas.
Es uno de esos films que nadie puede perderse, habrá quienes crean que es una cinta romántica en su tratamiento, pero vale la pena apostar un poco por encontrar que a la vida hay que pintarla, vivir de una realidad ficticia es un acto suicida y debemos sacar –o inventar si es necesario-, esa magia tras los instantes para hacerla soportable.
Aquí les dejo el tráiler de la película:

martes, 23 de septiembre de 2008

EL CONTROL ... remoto

¿Qué sería del hombre sin el control? Pero no ese que se ejerce sobre otros sino el que verdaderamente te hace sentir poderoso. Un botón y tienes el mundo a tus pies, dispuesto a cambiar ante tus inestables estados de ánimo.

De remoto lo único que tiene es el nombre y su costumbre de escabullirse por los recovecos de los sofás, ese control es el tiquete gratis a cualquier parte que la programación -de otros- nos quiera llevar. Al fin de cuentas no somos tan grandiosos con nuestros artefactos, dependemos de lo que nos venden los del otro lado de la pantalla, esos que están allí con más botones aun, con cámaras y lucecitas deslumbrantes, modelos de encuadre y el placebo en la mano para saciar tus ansias de matar la realidad.

¿Y si armamos una guerra? Una guerra mediática. Seria genial hablar de “La Revolución de los Botones”, todos al tiempo tecleando directo a la caja, pidiendo por más anestesia. Así los del otro lado perderían la cordura -y el control-, ya no nos divertirían mas, seriamos animales hambrientos de propaganda y nueva tv, y ellos ciervos indefensos corriendo por refugio.

Sin embargo la vida sigue igual, es incomodo entenderla en negativo. Por esto, por esa condición de seres conformes ¡Nada Haremos! Todo seguirá igual, nosotros con nuestros botones y ellos con el control…
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Quiza uno de los escritos mas absurdos que haya hecho jamás, nace en una clase de Composición Española. Además horrorisado al darme cuenta de lo necesario que son los conectores, lo parecido que puedo escribir a otros y la inutilidad humana ante un control remoto. ¡Que Autismo!

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Los "Eroes"...

-¡Que quien es Ángel? Pues Ángel… Ángel es mi compañero… Mi compañero de viaje papá.

¿Y qué más le iba a decir? Si cuando supo que me había ido su respiración se volvió brusca hasta que el ruido se hizo insoportable en el teléfono y tuve que colgar. Como le explicaba de mis problemas con un grupo subversivo que me perseguía, que la muerte me soplaba en el cuello.

Huíamos de la ciudad porque se fue convirtiendo en un campo minado, a cada paso nacía un nuevo peligro. Esa realidad suicida a la que creíamos escapar Ángel y yo, se había extendido como el peor cáncer a todo lugar donde íbamos. A la entrada de un pueblo sórdido, terriblemente caluroso, encontramos una señal que advertía lo que habría más adelante: Una mano mutilada, renegrida de infección y carcomida por los insectos daba la bienvenida al infierno que encontraríamos. Dos días antes este pueblo se llenó de terror, distinguible en los ojos de los habitantes que con cierta reserva y notable desesperación nos relataron de cuando encontraron al amanecer una cantidad insondable de cuerpos despedazados a la orilla del río y de los peces flotando por el arsénico en las aguas.

Jamás había conocido un paisaje tan devastador, apenas si se veía movimiento en las pocas tiendas que permanecían abiertas. Ni siquiera la honorable ceiba de la plaza corrió con suerte, termino por caer sobre la iglesia del pueblo. Cada esquina fue engalanada con insoportables carteles, propagandas de una guerra mutilante, orgullosamente ignorante como sus anónimos que se proclamaban a sí mismos como “Los Eroes”...

martes, 16 de septiembre de 2008

El Nacimiento

Entre una mezcolanza de mierda y antidepresivos, hierbas y ácidos;
entre las piernas de una mujer vulnerada por un hijo de puta;
entre carnes, huesos, vísceras latientes nació Ángel.

¿No es una ironía que un ser digno de dios naciera en tan demencial pesebre?
¿No es una bofetada de la vida que tal criatura, perfecta en esencia, saliera de los desechos pestilentes de la raza humana?
Pues fuera como fuese así nació Ángel: el hijo de nadie, el acusado de todos.

También así creció, acostumbrándose cada vez a recibir escupitajos de la vida
sin más consuelo que el mundo que invento de los tantos libros devorados.

Al principio fue reservado. Había inventado una historia sobre su madre muerta por la tuberculosis; y su padre, un “honorable coronel” abatido noblemente en batalla. Luego sabría yo de su sórdido y estremecedor origen...

sábado, 13 de septiembre de 2008

...DEL PASADO IDEALIZADO, UN PRESENTE DESECHADO Y UN FUTURO OLVIDADO...

Fuimos creados para escalar, criaturas en ascenso hemos sido, pero: ¿Ahora que?, hemos llegado al tope, al límite al que se nos permite alcanzar. Estamos en un lago, estancados en la cima de un gran volcán y, como monjes tibetanos, no queda más que humillar nuestro orgullo y deshacer nuestros pasos a lo básico.

Hemos lamido la victoria y palpado su lado amargo. Un mundo aburrido, insensible, gris, quieto; una realidad suicida encontramos en el futuro que tan soñado teníamos. Y si no se creen lo que digo, sólo miren sus aparatos mágicos, sus cajitas de fantasía, y encontraran un mundo en retroceso, una nostalgia pesada envuelve el aire.

Volvemos a nuestro origen tan lento como avanzamos, ahora el objetivo esta fijado en el punto de partida. Pero: ¡Oh sorpresa! el camino cuesta abajo es muy diferente, o por lo menos así lo idealizamos una vez más. Un pasado añorado, sublimado; que locura.

El viento no sopla en la misma dirección cuando se va de regreso, y los tiempos en los que se fantaseaba con un futuro mejor han terminado. El pesimismo de estos días hace pensar en que al fin de cuentas el futuro no seria lo esperado; ahora “todo tiempo pasado fue mejor”, por tanto, no queda más que echarse a rodar por la falda del recuerdo.

Destruimos el futuro, nos queda el pasado y, como siempre, olvidaremos el presente… Al final criaturas olvidadas seremos, no llegaremos hacer más que el suspiro de un dios que se ha sentado a reír de sus creaciones, de sus destrucciones. Un dios sin compasión, sin castigo alguno.

DES-PERSONIFICACION

Antes de dormir he tenido un pensamiento de lo mas interesante, de esos que se le ocurren a uno cuando se está desprevenido, en medio de la noche fría, sin un papel cerca y un lapicero que no escribe. Como si todo temiera que mi cavilación saliera de la cabeza. Pero logre conseguir algo con que plasmarlo. Fue algo extraño, algo sobre la Des-personificación, y me halle a mi mismo preguntándome como era posible soportarse por tantos años: La misma piel, el mismo cerebro, la misma forma… Independiente que las células se regeneren, que el mundo te influencie, en esencia seguís siendo el mismo, lo mismo…

De todo esto sale este reproche, de las ansias de abandonarme un poco, de ser distinto por unos momentos, del deseo ajeno que ellos tienen para hacer de ti lo que necesitan... Para al fin concluir que se me antoja continuar siendo el mismo...

__Has lo que quieras, lo que se te antoje, ya te lo he dicho, me he olvidado en casa. He olvidado las canciones que me levantan el animo, hoy no amo ha Benedetti ni escucho a Joplin cuando estoy triste. Hoy no soy yo, no me llamo Julio, ni siquiera Cesar se atrevido a venir. Toma lo que deseas tanto de mi, que no es exactamente lo que soy, sino lo que parezco, lo que sos cuando estás conmigo. Me he olvidado los musicales, hasta mi peinado y mi perfume los he dejado antes de venir a ti. He salido con otro que no soy yo, para poder venderme a ti, para ceder a tu deseo, para que obtengas lo que quieres. Tómalo, no todos los días me olvido en casa. A pesar de mis despistes es la primera vez que me abandono, dejé un arrume de prejuicios y principios en el fregadero. Mi ropa preferida esta mojada en el patio. Lo único que tienes enfrente es mi forma, el cuerpo que quieres devorar y que esta vacio, vacio sin pensamiento. Tómalo… Ya no te apetece ¿verdad?__

Sería fantastico decirle esto a quien se atreve a hacer de ti lo que se le antoja. No soporto el reproche ajeno de las reglas sociales, de la buena postura, de las buenas gentes. Aborresco esos protocolos monotonos, esa uniformidad del mundo, esa falta de criterio frente a lo correcto... que puedo hacer, hechos estamos para ser parte de la otredad...

Gracias al maestro M. Benedetti y a su poema "Otherness"

ÓBITO EXCELSO

Es curiosa la manera como contemplas la piel.
Te quedas mirándola con tal inocencia,
Con el asombro de un despertar insospechado.

Es malévola tu mirada,
Cuando te acercas al tacto lo tocas
Con tal fuerza que casi te confundes con la masa.

Que majestuosidad,
La que demuestra tu puñal cuando se desnuda para asaltar,
Y se siente tan cerca que se estremece el cuerpo
Cuando advierte su presencia.

Es cuando ataca el arma. Desangra el alma.

Y entonces el óbito excelso:
¡Dios! Que esplendida muerte,
Que sublime complacencia,
Que apacible daño,
¡Que dulce espasmo!

LA ESPERA (vih+)

Esto nació en la Clinica Conquistadores el 20 de Noviembre de 2007, esperando a Marce, con la historia del escritor Fernando Molano dandome vueltas en la cabeza:


LA ESPERA (VIH+)

Solo el que espera desespera,
Lo exaspera la esperanza de un corazón.

¿Qué espera? ¿Un nombre? ¿Un hombre?

¿Qué espera ese muchacho allí sentado?,
La vida pasa y él se gasta allí postrado.
No ve más que la vida de los demás,
Los muchachos caminando por la acera
Y sus espaldas despidiéndolo.
Su vida aún no acaba
Pero ya la muerte ha dictado su sentencia con un beso.
Y él espera. Él espera que su golpe aseste rápido.

Que irónica la vida y que cínica la muerte,
Ahora el muchacho se ira en brazos de esa mujer
Por dejar aquella noche que aquel chico hermoso lo tomase.

...Sin Rostro...

Me vengo…
Te vas… ¿Te vas?…
A donde vas… Ven…
Vente… Pero no te vayas…
Vente y vete hacia mí…
Y yo me iré hacia ti…

Y me vendré en ti…

BUON VOYAGE!!!

Sean todos bienvenidos, esta es la bitácora de un viaje que apuntaba al escape de la realidad, para encontrase entonces que la única manera de evadirla sería encontrar lo realmente fantástico que ella tiene.

Vueltas y vueltas, una ruleta, una nausea es la realidad. Te detienes consciente de que el mundo gira, miras las esquinas de algún edificio y confirmas ese movimiento con las nubes que desfilan en el cielo. Vueltas y vueltas, eso es la realidad. Amasijo de sonidos e imágenes, olores, sabores, caricias, heridas de guerra y algún que otro ósculo en la penumbra de lo prohibido…

Tomas un auto con dirección al escape, en este largo viaje descubres que esa realidad suicida se extiende por las venas de tu país sur-real… Pero espera, detente un momento, ¿Qué es eso, belleza? Si, si, belleza, lo llaman así… Es algo como transitar por un corredor de puertas abiertas y en cada cuarto revelado se congelara un momento exacto… Te habrías perdido alguna imagen de haber pasado momentos antes o después… El mundo se vuelve entonces un poco más amable…
Ángel es mi compañero de viaje, una historia complicada la de este personaje. Su vida es una mierda y sin embargo todo lo encuentra bello. Por mi parte la mierda pues mierda ha sido, pero desde que este viaje ha comenzado cada pedazo de miseria, cada asomo de tristeza, todo sentimiento melancólico lleva su magia.
Ángel tiene los ojos grises y tristes, como el cielo cuando pesa; una palidez incandescente y unos omóplatos marcados donde juraría alguna vez existieron unas alas; tiene esa extraña mezcla entre divino y humano, esa soledad digna de poeta y la miseria que embellece su vida… Yo por mi parte tengo el carro que alguna vez fue de mi padre, sabía que a él no le haría falta por eso lo tomé; tengo la condición del hombre inconforme que huye para aventurarse en el peligro.
Las historias se irán revelando al antojo de la realidad, esa señora que se ríe a escondidas, con el pretexto de la hipocresía como una sinceridad escondida. Mientras pasan las líneas y señales en esta carretera pongamos una buena canción y cantémosla a todo pulmón, admirémonos por encontrar belleza entre tanta monstruosidad, aun la hay, aun se nos hace necesaria… Entren al auto, acomódense, abran la ventana y sientan el frio viento al avanzar…

¡Bienvenidos Viajeros!